Bienvenidos a un nuevo artículo de la serie de nuestra experiencia en un crucero por Japón embarcando desde Corea del Sur. En el anterior capítulo relatamos nuestra llegada a Seúl y el día del embarque. Hoy te contamos como fue la primera parada y el segundo lugar que visitamos en Corea, la famosa isla de Jeju.
La llegada a la isla fue muy bonita pues se pasan por islotes rocosos que tienen mucha vegetación, parecidos a los que observamos en la salida desde Incheón. Una de las mejores cosas de viajar en crucero son las vistas desde el balcón del camarote nada más despertarse, cuando vas viendo que te aproximas a un nuevo destino. El día amaneció nublado y con algo de niebla que luego se iría disipando. No obstante las temperaturas eran altas, típicas del mes de julio.
Para este destino elegimos una excursión de la naviera llamada “Highlights Of Seoguipo City”. El precio fue de 92€ por persona, a lo que había que descontar 50$ para el primer pasajero por el paquete More At Sea que tuvimos disponible a la hora de contratar el crucero. Lo que nos gustaba de esta excursión es que nos llevaba a diferentes partes del sur de la isla, y combinaba naturaleza y ciudad. También el ir con un guía que te vaya informando del destino siempre tiene un valor añadido.
Si que es cierto que la excursión se retrasó un poco en salir, porque como sabréis a veces las salidas de las excursiones de las navieras son un poco caóticas pues primero dan pegatinas en el teatro según la excursión y luego van nombrando y saliendo. Esto ya es una espera y luego llegas al bus y hay otra pequeña espera. Hemos estado en bastantes cruceros y pocas veces son puntuales, en esta ocasión se retrasaron bastante. También hay que tener en cuenta que desde donde paró el barco hasta la salida del puerto había casi un kilometro que había que hacer andando. Lo bueno es que todo ese trayecto se hace a través de unos pasillos interiores con aire acondicionado y cintas transportadoras lo cual lo hace más ameno.
Nuestra guía Jen era un mujer coreana, con un hablar muy dulce, y en primer lugar visitamos la cascada de Cheonjiyeon. De camino al sitio nos fue poniendo en contexto acerca de Jeju, las características de la isla y sus costumbres. El bus paró en un parking en la entrada al parque y la guía nos dió un poco de información de lo que nos ibamos a encontrar y posteriormente nos dío un tiempo libre para hacer fotos y estar por los alrededores. Para visitar la cascada se paga pero nosotros al ir con la excursión ya iba incluido en el precio de la misma.
El paraje de la cascada es muy bonito pues hay mucha vegetación, también hay numerosas estatuas de piedra muy curiosas que nos dijo la guía que daban suerte tocarlas y también eran símbolo de fertilidad, si las tocabas de una determinada forma hacia que la familia aumentará y traía buena suerte. La guía comentó que este es un destino muy frecuentado por parejas que viajan de luna de miel.
Nos gustó mucho el lugar no solo por la cascada sino por el entorno que se hacía muy agradable para pasear. Vimos una tortuga descansando sobre una roca en el rio y también carteles advirtiendo del peligro de serpientes. Por suerte no nos encontramos con ninguna, aunque comentaron que no eran venenosas.
A continuación nos subimos al bus y nos llevó a ver el puente en Seogwipo que liga un pequeño puerto de pescadores con la isla de Seaseom. Lo atravesamos y luego fuimos por una especie de camino rodeando la isla en el que había abundante vegetación.
A la subida del puente vimos unas casitas de madera que utilizaban las mujeres buceadoras que son típicas de la isla de Jeju. Al principio del puente había una estatua en honor a las mismas. De hecho una de las excursiones ofrecidas por la naviera se centraba únicamente en ver a las buceadores en acción, un oficio muy tradicional y que ejercen mujeres coreanas hasta edades muy avanzadas.
Luego subimos al bus y ya fuimos a la última parada de la excursión que era el mercado de Seogwipo, allí nos dejaron sobre una hora de tiempo libre, nos informó un poco de las calles del mercado. Era un mercado muy tradicional donde se podía ver pescado, frutas, carne, souvenirs….
En muchos sitios vendían zumo de mandarina pues en la isla de Jeju hay muchas mandarinas, nosotros quisimos comprar pero no aceptaban pago a través de móvil contactless y no llevábamos efectivo. Así que aprendimos la lección y a partir de ahí ya no se nos olvidó llevar al menos una tarjeta física. Al final pudimos comprar el famoso zumo en una de las tiendas cercanas al puerto antes de regresar al barco.
Esa tarde nos despedimos de Corea y el crucero puso rumbo a la primera parada en Japón, Nagasaki. Próximamente publicaremos el siguiente episodio de esta serie y relataremos nuestra experiencia en esta ciudad.