Bienvenidos a un nuevo capítulo de la serie acerca de nuestra experiencia en Japón a bordo de un crucero desde Corea. Después del día en Kochi, hoy paramos en Kobe y visitamos Kioto!
Kobe es uno de los puertos de crucero más importantes en Japón y el nuestro aquí hacía una noche en puerto, lo que nos permitía realizar excursiones más largas y extensas. En Japón hay tantos lugares turísticos que visitar que tuvimos que dedicar tiempo a planificar nuestro itinerario. Como he mencionado en otros posts, las distancias son largas, otro punto importante a considerar.
El puerto de Kobe es muy importante, pero la terminal está ubicada de forma que no puedes ir a la ciudad andando, pues hay cruces de carreteras elevadas muy cerca. La única forma de desplazarse es en coche o tren. También cabe señalar que la terminal de cruceros es grande pero no cuenta con tiendas, solo información turística (si vas, no esperes encontrar tiendas como hay en muchas otras terminales).
Kobe es una ciudad moderna, con grandes avenidas, rascacielos y bastante población. Aprovechando su ubicación, durante nuestra estancia decidimos ir a Kioto el primer día y a Osaka el segundo, ambas ciudades que queríamos conocer por sus atractivos turísticos. Elegimos visitar Kioto el primer día porque estaba bastante más lejos que Osaka (ésta se encuentra a mitad de camino). Nos hacía ilusión utilizar el famoso tren bala Shinkansen para el recorrido. Así que, nada más bajar del crucero, cogimos un taxi. Aquí se notaba que la ciudad era más importante que los puertos anteriores, pues había muchos más taxis. Además, tuvimos la suerte de que nos tocara uno de lujo, con asientos superespaciosos y televisión—¡una pasada! Dicho taxi nos dejó en la estación donde debíamos coger el tren bala, pues nuestro primer destino en Kioto que era el santuario Fushimi Inari-Taisha.
El tren bala tiene una estética muy moderna. Se pueden comprar diferentes tipos de billetes, desde preferentes a más económicos. Como no era muy barato (casi 30 euros por persona ida y vuelta), compramos los más económicos. Nos llamó mucho la atención que en el suelo del andén hay pintados unos rectángulos para que la gente se coloque en fila ordenada. Cuando llega el tren, se detiene de manera que sus puertas coinciden exactamente con estas filas. Además, hay unas barandillas metálicas que se abren automáticamente, lo que proporciona mayor sensación de seguridad al crear una barrera física entre el tren y la vía. El tren bala Shinkansen tarda aproximadamente 30 minutos en llegar de Kobe a Kioto. Es la forma más rápida y cómoda para viajar entre estas dos ciudades.
Fushimi Inari-Taisha
Llegamos a Kioto y, en la misma estación de tren, pedimos un Uber que nos llevara a Fushimi Inari-Taisha. Durante el trayecto observamos que Kioto era una ciudad muy moderna con rascacielos y bastante población. Qué lástima no disponer de más tiempo para haber callejeado.
Estábamos impacientes por llegar al santuario y, cuando por fin nos dejó el Uber, quedamos impresionados. Nada más bajar, vimos una enorme puerta torii de color naranja intenso. Había bastante gente, pero era comprensible al ser verano y época de vacaciones.
Fushimi Inari-Taisha es el santuario sintoísta más importante y antiguo de Japón. Está dedicado al dios Inari, protector de las buenas cosechas, el arroz y el éxito en los negocios.
Es famoso por sus caminos a través de miles de puertas torii y también por sus numerosas estatuas de zorro. Estos caminos van serpenteando mientras suben el Monte Inari, y durante el recorrido encontramos pequeños santuarios secundarios.
Nada más entrar, estábamos impacientes por fotografiar estos caminos llenos de puertas torii preferiblemente sin gente, pero luego descubrimos que los senderos no se acababan. Había muchas oportunidades para hacer fotos espectaculares con poca gente. A medida que se asciende la montaña, los caminos se vuelven más empinados, algunos con ligeros escalones que van cansando bastante, especialmente con el calor, aunque todo el recorrido está a la sombra.
Nosotros no subimos hasta la cima, ya que el recorrido completo tarda unas 3 horas en subir y bajar. Después de explorar varios senderos, decidimos ver más lugares en Kioto porque el tiempo pasa rápido. Es realmente una maravilla, y recomiendo mucho su visita. Me alegré mucho de conocerlo. El descenso es todo cuesta abajo y más rápido. También hay tiendas de souvenirs muy bonitas y pequeños puestos para tomar algo. Nosotros compramos unos helados deliciosos.
La entrada es gratuita y está abierto las 24 horas todos los días.
Barrio de las Geishas
Cogimos un Uber que nos llevó a Gion, el barrio de las Geishas, un lugar turístico muy recomendado. Llegamos alrededor del mediodía y el calor era bastante intenso. Este barrio es realmente pintoresco, con suelos empedrados y calles formadas por edificaciones muy bajas. Muchas son casitas de madera decoradas con elementos típicos japoneses como farolillos, todo perfectamente limpio y cuidado.
Pasear por allí era como retroceder en el tiempo, transportándose al Japón tradicional. En la zona hay numerosos establecimientos donde se puede degustar comida japonesa, tiendas de souvenirs y comercios con ropa de geishas. Fue una experiencia maravillosa recorrer sus calles y admirar estas casitas tan peculiares.
Había bastantes grupos de turistas y pudimos ver algunas geishas, aunque dicen que por la tarde es más habitual encontrarlas. También observamos varios restaurantes y locales donde se organizan cenas con espectáculos de geishas.
Nuestro punto final del paseo por Gion fue la Pagoda Yasaka, lo único que queda en pie del templo Hokanji, que destaca entre las casas por su altura y espectacular estructura. De hecho, todos los visitantes se hacían fotos en la calle con la pagoda al fondo, una estampa muy hermosa y llamativa por la altura de la construcción.
Después de esta visita, regresamos al barco para descansar y coger fuerzas para el día siguiente donde iremos a Osaka. Muy pronto publicaremos el próximo capítulo con nuestra experiencia en esta ciudad.