Bienvenidos a un nuevo artículo de la serie acerca de nuestra experiencia en Corea del Sur y Japón a bordo de un crucero. Después de visitar Osaka, hoy exploramos la ciudad de Nagoya. Nagoya es la cuarta ciudad más poblada de Japón. La mayor parte de su arquitectura fue reconstruida tras la Segunda Guerra Mundial, cuando quedó gravemente dañada.
La llegada a Nagoya por mar nos revela inmediatamente una ciudad importante y moderna. El crucero se desliza bajo los impresionantes puentes Meiko Triton, tres estructuras atirantadas de colores rojo, blanco y azul que forman la icónica puerta de entrada al puerto. Al acercarnos a la costa, en la zona de Garden Pier, divisamos una bonita noria y las modernas instalaciones del acuario. También hay un mirador al que se puede subir, aunque nosotros lo dejamos para última hora y no tuvimos tiempo de visitarlo. Todo el entorno portuario es realmente bonito, está rodeado de atracciones turísticas y ofrece fácil acceso a la ciudad, ya sea caminando o utilizando el metro.
Nagoya es un dinámico centro industrial y cultural que ofrece una atractiva mezcla de historia y modernidad. El principal ícono de la ciudad es el imponente Castillo de Nagoya, famoso por sus delfines dorados (kinshachi) y su palacio reconstruido. Para una inmersión espiritual, el Santuario de Atsuta es uno de los más sagrados de Japón, un verdadero oasis de paz y tradición.
La ciudad también es un paraíso para los amantes de la tecnología, con el Museo Conmemorativo de Industria y Tecnología de Toyota y el SCMAGLEV and Railway Park, donde se exhiben desde trenes de vapor hasta el futurista tren bala. El distrito comercial de Sakae ofrece excelentes opciones de compras, gastronomía y vistas panorámicas desde la torre de televisión, mientras que el barrio de Osu es ideal para explorar sus galerías comerciales (shotengai) y su animada cultura popular.
Durante nuestra escala en Nagoya, decidimos visitar el castillo y el distrito comercial de Sakae, actividades que ocuparon toda nuestra mañana. Por la tarde, visitamos el Acuario que, se encuentra en el mismo puerto donde atracó nuestro crucero.
Castillo de Nagoya
El Castillo de Nagoya está rodeado de fosos y robustas murallas de piedra que crean una auténtica atmósfera histórica. Justo al norte se extiende el Parque Meijo, un hermoso espacio verde con jardines y un estanque, ideal para pasear y especialmente popular durante la temporada de floración de los cerezos.
A las afueras de las puertas del castillo, la zona de Kinshachi Yokocho ofrece deliciosa gastronomía local y recuerdos en un ambiente que combina modernidad con arquitectura tradicional.
El Castillo de Nagoya es una de las fortalezas más importantes de la historia japonesa y el símbolo indiscutible de la ciudad. Construido originalmente en el siglo XVII por orden del shogun Tokugawa Ieyasu, el castillo fue concebido como una estratégica demostración de poder y sede de una de las ramas más poderosas de su clan. Su imponente torre principal, o donjon, de cinco alturas, dominaba el paisaje y estaba coronada por los famosos kinshachi, dos ornamentos con forma de tigre-delfín bañados en oro que actuaban como talismanes protectores contra incendios y como emblema de la autoridad del señor feudal.
Aunque gran parte de la estructura original fue destruida durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, el castillo fue meticulosamente reconstruido en 1959. Hoy, su interior alberga un moderno museo que exhibe armaduras de samurái, espadas y objetos históricos. Una de las joyas del complejo es el Palacio Hommaru, recientemente restaurado con técnicas artesanales tradicionales. Sus salas, decoradas con exquisitas pinturas sobre paneles de madera de ciprés y pan de oro, ofrecen una visión deslumbrante del refinamiento y la opulencia que caracterizaban la vida de los grandes señores del Japón feudal.
Durante nuestra visita, no pudimos acceder al interior del castillo porque estaban realizando obras para mejorar su protección antisísmica. A pesar de ello, el recorrido por el exterior nos pareció igualmente impresionante.
Sakae
Sakae constituye el verdadero corazón de Nagoya, siendo el principal centro de compras, ocio y vida nocturna de la ciudad. Durante el día, sus calles y centros comerciales de lujo, como Matsuzakaya o Mitsukoshi, atraen a multitudes en busca de las últimas tendencias. El distrito está definido por dos icónicos puntos de referencia: la Torre de Televisión de Nagoya, que ofrece vistas panorámicas espectaculares, y el futurista complejo Oasis 21. Esta «Nave Espacial del Agua» es famosa por su techo de cristal flotante por el que se puede caminar, su terminal de autobuses subterránea y su variedad de tiendas.
Nuestro primer destino al llegar a Sakae fue la Torre de Televisión, donde tomamos algunas fotografías. Después, paseamos por las calles del distrito y visitamos Don Quijote (Donqui), la famosa cadena de tiendas que cuenta con varios pisos repletos de productos de todo tipo. Siempre hay algo interesante que comprar allí. Como es habitual en estos establecimientos, había bastante afluencia de gente. Para cuando terminamos, ya era hora de comer, así que decidimos regresar al barco.
Garden Pier y Acuario
El Puerto de Nagoya, el de mayor tráfico de mercancías de todo Japón, ha transformado su muelle principal en un atractivo centro de ocio familiar conocido como Garden Pier. Aunque su faceta industrial sigue siendo crucial —es el mayor exportador de automóviles del país— la zona turística ofrece una experiencia completamente distinta.
El corazón del entretenimiento es el espectacular Acuario Público del Puerto de Nagoya, uno de los más grandes de Japón, famoso por sus orcas, belugas y delfines. Junto a él, se puede explorar el Barco-Museo Antártico Fuji, un auténtico rompehielos que participó en expediciones polares.
El complejo también cuenta con un parque de atracciones, museos, tiendas y amplias zonas verdes junto al mar. Esta exitosa combinación de industria y ocio convierte al puerto en un destino muy atractivo que muestra las dos caras de la moderna Nagoya: su poderío económico y su amplia oferta de entretenimiento.
El Acuario Público del Puerto de Nagoya es uno de los más grandes e impresionantes de Japón, ofreciendo un fascinante viaje a través de la vida marina. Se divide en dos grandes edificios, cada uno con una temática distinta. El Edificio Sur lleva a los visitantes en un recorrido «Desde Japón hasta el Océano Antártico», atravesando cinco ecosistemas acuáticos. Aquí se encuentra el famoso Tanque Kuroshio, que reproduce las corrientes oceánicas de Japón y alberga una increíble exhibición de sardinas, coloridos arrecifes de coral y tortugas marinas. La ruta culmina en el gélido mundo de la Antártida, hogar de una adorable colonia de pingüinos.
El Edificio Norte está dedicado a los grandes mamíferos marinos. Es uno de los pocos lugares en Japón donde se pueden admirar majestuosas orcas. También alberga a las simpáticas belugas, que se comunican con sus característicos sonidos, y a una enérgica manada de delfines. El punto culminante de la visita es, sin duda, el espectáculo de delfines que se realiza en el estadio principal, una de las piscinas al aire libre más grandes del mundo. Es una experiencia altamente recomendable, especialmente considerando su conveniente ubicación cerca del punto donde atraca el crucero.
Tras disfrutar del acuario, regresamos al barco concluyendo así nuestra visita a Nagoya. Al día siguiente nos espera Shimizu, la puerta de entrada al majestuoso Monte Fuji. Siguiente artículo: Shimizu – Monte Fuji